Seguramente estés a tope de motivación para volver a la rutina, lo cual es perfecto, pero ¿cuánto tiempo va a durar esta vez el subidón? Una semana, o quizá dos, con las pilas cargadas antes de que vuelvas a caer en los viejos hábitos… Si te sientes identificado con esta situación, seguramente te estés preguntando qué puedes hacer para que esta vez sea la definitiva y no vuelvas a perder la motivación.
Son muchos los motivos por los que a menudo abandonamos nuestros objetivos deportivos, como por ejemplo una dieta mal diseñada o un plan de entrenamiento que nunca llegó a funcionar. Sean cuales sean los motivos que te apartaron de los entrenamientos, ya puedes dejar de preocuparte. Te vamos a mostrar algunos trucos y consejos para recuperar la pasión por el deporte y volver al buen camino.
Seguramente estés en el tope de motivación para volver a la rutina, lo cual es perfecto, pero ¿cuánto tiempo va a durar esta vez el subidón? Una semana, o quizá dos, con las pilas cargadas antes de que vuelvas a caer en los viejos hábitos… Si te sientes identificado con esta situación, seguramente te estés preguntando qué puedes hacer para que esta vez sea la definitiva y no vuelvas a perder la motivación.
Son muchos los motivos por los que a menudo abandonamos nuestros objetivos deportivos, como por ejemplo una dieta mal diseñada o un plan de entrenamiento que nunca llegó a funcionar. Sean cuales sean los motivos que te apartaron de los entrenamientos, ya puedes dejar de preocuparte. Te vamos a mostrar algunos trucos y consejos para recuperar la pasión por el deporte y volver al buen camino.
Causas de la desmotivación deportiva
Para empezar, es importante entender que no pasa nada por perder la motivación. Es un proceso totalmente normal por el que todo el mundo ha pasado en algún momento, pero aunque pueda parecer que es el fin del mundo, es un proceso pasajero que pasará y volverás a recuperar la motivación y las ganas de entrenar antes de que te des cuenta. La clave está en entender el porqué de esa desmotivación.
Hay muchas razones por las que la gente deja de hacer ejercicio. Los motivos más comunes suelen ser la falta de tiempo o dinero, la pérdida de interés y la falta de apoyo social.
Algunos de estos motivos pueden ser reales o “falsas percepciones”. Por ejemplo, un motivo real sería que no tienes dinero para pagar la mensualidad del gimnasio, y un motivo “imaginario” sería pensar que tienes menos tiempo del que realmente tienes, ya sea por una mala organización de tu tiempo o por orden de prioridades.
Una forma de combatir la desmotivación podría ser hacer un esfuerzo e ir al gimnasio aunque no tengas ganas o hacer alguna actividad que te motive para ir, como comprar una camiseta nueva para entrenar o probar un nuevo sabor de tus batidos de proteínas post-entrenamiento.
Si esto no funciona y sigues desmotivado, puede que tengas que revisar tu programa de entrenamiento y ver si realmente está funcionando bien, ya que otro de los motivos principales de la desmotivación es la falta de progresos.
Es totalmente normal que los progresos sean un poco más lentos pasado el periodo de principiante en el que las ganancias musculares y de fuerza son mucho mayores, pero eso puede desmotivar a algunas personas para seguir entrenando.
También puede ocurrir todo lo contrario. Por ejemplo, hay veces que tras conseguir un objetivo importante en el gimnasio no se sabe muy bien cómo proceder o cuál debe ser el siguiente objetivo. Lo mejor en estos casos es estar bien preparados, con objetivos a corto, medio y largo plazo.
Mantener el mismo entrenamiento durante mucho tiempo también puede ser un motivo de desmotivación. Aunque tus entrenamientos sean intensos y productivos, hacer los mismos ejercicios semana tras semana puede ser muy monótono y aburrido, por eso es recomendable probar ejercicios nuevos de vez en cuando para inyectar un poco de variedad a tu rutina de entrenamiento.
Los compromisos del día a día también pueden frustrar las ganas de ir al gimnasio. La familia, los amigos, el trabajo y, en resumen, la vida, puede ocupar gran parte de nuestra agenda. Hay veces que, tras un día muy ajetreado y estresante, lo último que apetece es ir al gimnasio. Es comprensible, pero hacer un esfuerzo para ir al gimnasio puede ayudarte a mantener la motivación alta y a sentirte mucho mejor.
Por último, no hay que subestimar el apoyo de amigos y familiares. Los ánimos de tu círculo de personas más cercano pueden ser uno de los mejores alicientes para evitar la desmotivación.
¿Es normal perder la motivación para ir al gimnasio?
Perder la motivación es completamente normal, sobre todo cuando se trata del fitness. Todo el mundo sufre altibajos en la vida, y lo mismo ocurre con el ejercicio. Así que no te desanimes si tienes un bajón y te pierdes una o dos sesiones de entrenamiento, ya que faltar uno o dos días al gimnasio no afectará a tu progreso general.
Ahora bien, si te sientes desmotivado, da un paso atrás y piensa cuál puede ser el motivo. Tras analizar la situación con perspectiva, podrás tomar una decisión firme sobre cuál es la mejor forma de recuperar la motivación.
Puede que necesites hacer algunos cambios en tu estilo de vida, cambiar tu rutina de ejercicios o replantearte tus objetivos. Estos periodos de reflexión son una oportunidad muy valiosa para hacer balance y hacer los cambios necesarios.
Consejos para mantener la motivación alta
1. Prepara tus comidas el día de antes
Quizá hayas tenido un mal día, te sientes cansado y es hora punta, por lo que en el gimnasio habrá más gente que en un centro comercial el primer día de rebajas.
Antes de tumbarte en el sofá con una manta, el mando de la tele y una enorme y grasienta bolsa de patatas, espera y recapacita.
Si no quieres perder la motivación ante una situación así, prepara tus comidas y tu bolsa del gimnasio el día de antes; así no tendrás que quedarte demasiado tiempo en casa con el peligro que eso conlleva.
Prepara tus comidas en cómodos tuppers, tus suplementos pre y post-entrenamiento, y lo más importante, la bolsa del gimnasio para no entretenerte por casa mientras buscas todo lo que necesitas para entrenar.
2. Recurre a la motivación visual
Todos tenemos alguna foto guardada en el smartphone de nuestro modelo fitness favorito, a la cual recurrimos en los momentos de autoestima más baja para recuperar la motivación.
Con esto me refiero a que todos recurrimos a la estimulación visual para recuperar la motivación cuando sentimos que la hemos perdido, ya sea mediante una foto, un vídeo motivacional o una conferencia de algún Premio Nobel.
3. Prepara tu mejor Playlist
A no ser que el hilo musical de tu gimnasio sea de tu gusto y te sirva para subir la motivación (algo que dudo bastante), preocúpate de preparar una buena y potente playlist en tu MP3 para hacer que tus entrenamientos sean mucho más entretenidos y productivos.
4. Lleva un control de tus progresos
Cuando empiezas a contar los días que faltan para un evento importante, puede llegar a ser algo realmente desesperante. Por ejemplo: ¿todavía quedan seis semanas para irme de viaje a Ibiza con los amigos? No veas esto como algo negativo, sino como que todavía quedan seis semanas para prepararte física y emocionalmente.
¿Solo llevo dos semanas con la nueva dieta? No lo veas como que llevas poco tiempo, sino como que ya has aguantado dos semanas comiendo saludable y estás más cerca de tus objetivos.
Llevar un control de tus progresos es una muy buena forma de mantener la motivación y seguir avanzando hacia tus objetivos. Puedes prepararte un diario con tus progresos en tu smartphone, o simplemente anotar tus marcas en una libreta. Sea donde sea, pero hazlo.
Sé razonable con tus objetivos: no es lo mismo proponerte el reto de seguir una dieta de definición durante 12-16 semanas, que proponerte el reto de estar a dieta de forma indefinida hasta que consigas tu objetivo. Los objetivos a corto/medio plazo son mucho más fáciles de conseguir y te mantendrán mucho más motivado.
5. No hagas trampas entrenando
Si has perdido la cuenta mientras estabas haciendo una serie de sentadillas porque te has distraído con algún estímulo visual más interesante, no hagas el conteo al alta. Es mejor que hagas una repetición más en lugar de no acabar la serie.
6. Confía más en las fotos que en la báscula
Si la báscula no marca el peso que tu esperabas, no te preocupes, pero sobre todo, no te agobies. Puede ser por muchos factores, como por ejemplo que la dieta no sea la adecuada para ti, una inesperada retención de líquidos, o por el atracón de la cena de anoche…
En resumen; son muchas las razones por las que no estás perdiendo peso al ritmo que esperabas, por eso, ¿para qué amargarte el día a primera hora de la mañana subiéndote a la báscula?
En lugar de eso, prueba a llevar un seguimiento de tu transformación mediante los ya míticos selfies. Ellos nunca mienten y nunca te fallarán, además, te ayudará a motivarte para ir al gimnasio con más ganas.
7. Sin prisa, pero sin pausa
Querer conseguir resultados rápidos cuando acabas de empezar un nuevo proyecto (dieta, entrenamiento, estilo de vida) es uno de los errores principales que conducen al más absoluto fracaso.
Necesitas crear unas bases sólidas que soporten toda la carga que tendrás que soportar en un futuro cercano, y eso solo se consigue mediante la paciencia y la constancia. De esta forma, el viaje será mucho más entretenido y placentero, y no abandonarás pasadas 2-3 semanas por falta de motivación.
Empieza poco a poco y ve progresando de forma que te permita disfrutar de cada día, y sobre todo, piensa que entrenar un día a la semana es mejor que no entrenar ningún día. Estos son los pequeños detalles que marcarán la diferencia y que te mantendrán con los niveles de motivación al 100%.
8. Busca nuevos retos
Tu mejor amigo te ha invitado a su cumpleaños y, como no podía ser menos, hay una enorme tarta de chocolate esperándote con los brazos abiertos, y sabes que si no comes, aunque sea un trozo, tu amigo no te dejará en paz.
En el trabajo, tienes pizza carbonara gratis en la zona de vending y un bonito microondas en el que poder calentarla cuando quieras, y, por si fuera poco, se te ha olvidado llevarte tu comida al trabajo… Cualquiera puede tener un contratiempo que se salga de la rutina, pero no por eso hay que tirar todo el trabajo a la basura y rendirse.
Aquí es donde entra en juego la motivación y la dedicación para superar el contratiempo y reponerse a tiempo para seguir con la rutina como si nada hubiera pasado. Incluso puedes motivarte pensando que has superado el contratiempo con un éxito aplastante y, además, has disfrutado de un delicioso y dulce trozo de tarta de chocolate.
9. Evita las tentaciones
Pongámonos en situación: tu pareja llega a casa después de un largo y agotador día de trabajo y va directa a la cocina para buscar las galletas de chocolate que tanto le gustan, pero lo que no sabe es que anoche las tiraste a la basura para no caer en la tentación de comerte todo el paquete.
Tienes que intentar evitar las tentaciones en la medida de lo posible, pero siempre sin perjudicar a los demás. La mejor opción es no comprar todo aquello que te pueda hacer caer en la tentación de saltarte la dieta y arruinar todo el esfuerzo que realizas a diario.
El círculo vicioso de estar motivado, perder la motivación, volver a recuperarla, volver a perderla, etc., es algo muy normal que nos pasa a todos. No pienses que es un defecto de fábrica y tómate las cosas con más calma.
10. Constancia
No lo olvides, la motivación y la dedicación son dos aspectos que se complementan el uno al otro. Sé constante y nunca olvides cuál fue el motivo por el que empezaste este bonito viaje, pero, sobre todo, no olvides lo bien que te encuentras ahora y no te rindas nunca.
Conclusión
Como dice el dicho popular: “todo gran viaje empieza con un primer paso”. Por eso, empieza a poner en práctica estos sencillos consejos para mantener la motivación tan alta como puedas y no abandonar el ejercicio.
Lo peor que puedes hacer es no hacer nada, así que empieza poco a poco y verás cómo te sorprenderás cuando dentro de unos meses veas lo lejos que has llegado.